Ya he leído hace unas
semanas la continuación de “El nombre del viento”, el segundo tomo de la “Saga
el Asesino de Reyes” de Patrick Rothfuss. Como comenté en mi anterior artículo,
quedé encantado con el primer libro, por lo que me lancé ávidamente a por el
segundo.
Voy a tratar de resumiros
de una forma sencilla lo que me he encontrado a través de su lectura.
No sé de donde recibe
este hombre, el nombre de sus libros y el nombre de la saga. No tengo nada
claro después de leerme este segundo libro, ni quien tiene el temor, ni de que
tiene el temor, ni quien es el hombre sabio.
Así mismo, sigo sin
ver en el horizonte de la saga, a que rey van a matar, por qué lo van a matar y
me imagino que el asesino por reducción al absurdo será Kvothe.
Si os preguntáis si
el libro me ha encantado, la respuesta es que sí, ha sido de nuevo un placer
recorrer las vidas de los personajes, nuevos lugares, etc. Así como a mí me ha
encantado, me encuentro tanto a través del blog, como del contacto personal con
personas y amigos, que me dan respuestas contradictorias, que generalmente se
pueden resumir en dos: lo que les ha encantado y los que “ni fu ni fa”
(expresado literalmente).
No sé si es por
llevarme al gato al agua, pero considero que estos últimos son otra cara de la
misma moneda, es decir personas que han leído ambos libros, les han gustado,
pero se han quedado con un toque de insatisfacción. Esto a su vez puede ser una
de sus virtudes.
Voy a tratar de
explicarme. Como ya comenté en el artículo anterior, No serás capaz de soltarlo: "El nombre del viento" considero que una de las
mayores virtudes de Patrick Rothfuss, es saber estiiiiirar la lectura. Es decir
que quieras seguir leyendo y leyendo, lo que pasa es que a algunos de sus
lectores, puede que se cansen de este tipo de trama y escritura. Es
perfectamente entendible. A cualquiera de nosotros nos hubiese gustado que en
el libro se encontrase con los Chandrian y hubiese más peleas directas. Se
supone que es el argumento principal y no hay forma de llegar a destino.
De forma análoga nos
gustaría que su relación de Denna llegase a buen puerto en vez de ser (y más en
este segundo tomo), una complicada relación en donde no se sabe cómo va a
terminar cada encuentro entre ellos.
Nos encontramos con
un libro en donde el asesino, no mata, no se va con la chica buena, no mata a
los malos y que todos pensamos que es mucho tomate para cocinarlo en teoría en
el último libro de la trilogía que por supuesto no sabemos cuándo va a salir. Algunos
nos planteamos que con todo lo que queda pendiente tres tomos pueden resultar
escasos. Evidentemente el maestro del estiiiiirar, puede frustrar la relación
con el lector.
Personalmente no veo
otra solución que disfrutar con la lectura de este segundo tomo y esperar con
paciencia a que salga el tercero.
Por cierto y como
avance de mi próximo artículo os recomiendo que a los que os guste este tipo de
lectura le echéis un ojo a “La Saga del Vatídico” de Robin Hobb, que es lo que
he leído después de “El temor de un hombre sabio” y me ha encantado.