sábado, 18 de mayo de 2013

Análisis de calidad de una Casa Rural


Hace unas semanas publiqué aquí un artículo sobre una ponencia que me tocó dar en el “4º Congreso Internacional de Turismo Rural de Navarra”. En dicho artículo realizábamos un viaje virtual de turismo rural.
Hace unas semanas nos decidimos en el seno de nuestra familia a convertir el viaje virtual en viaje real. Para ello aprovechamos la proposición de Charo de visitarla en su casa rural (Entrefrutales).
Nos desplazamos con la intención de disfrutar de un fin de semana en una zona en la que no habíamos estado anteriormente en plan familiar (Calatayud). A mí, me ha tocado atravesarla en coche en repetidas ocasiones. Pero claro a 120 km./hora no se aprecian mucho los detalles, ni se absorben las propiedades de lo que recorres. Para eso es necesario detenerse, establecerse unos días y contactar y hablar con la gente del lugar. Personalmente y por motivos de trabajo he recorrido en automóvil casi todas las provincias de España, pero eso por desgracia no significa que las conozca. Es una tarea que tengo pendiente…



A pesar de la información disponible en la página web de Entrefrutales, no teníamos muy claro qué nos íbamos a encontrar: ni como alojamiento, ni como alrededores, ni como actividades.
En cuanto a lo que íbamos a hacer ese fin de semana, tampoco lo teníamos muy claro. Habíamos visitado la página web del Gobierno de Aragón dedicada a la zona y la del ayuntamiento de Calatayud, pero ambas no le hacen justicia y opino que debieran mejorarlas, si lo que desean es apoyar el turismo de la comarca. Si alguno de los que leen este artículo es capaz de enviarme un enlace que describa y nos motive a recorrer la “ruta mudéjar”, se lo agradecería. Eso sí debe ser un recorrido con más de siete fotografías y que entre por la vista. Es decir que convenza.
He hablado con alguno de mis amigos sobre cuál es el primer aspecto en el que piensan cuando se trasladan a una casa rural, y varios de ellos han coincidido en que piensan en dónde dejarán el coche: si en una calle o plaza cercana, si en un campo perteneciente a la casa, etc. En función de lo cuidadoso que seas con tu automóvil es un aspecto que te puede llegar a preocupar. Ésta fue una de las primeras sorpresas que me llevé al llegar a Entrefrutales. Iba pensando en que tendría que aparcar en una calle cercana a la casa y me encontré con que Tomás (el marido de Charo) nos llevó hasta un parking “5 estrellas”, realizado por él detalle a detalle y con todo el cariño del mundo. Las comparaciones son odiosas, pero al día siguiente estuvimos en el Monasterio de Piedra y como había llovido su parking era un extenso barrizal, en donde todos los visitantes buscábamos un lugar en el que aparcar para podernos bajar del coche sin hundir los zapatos en un charco de considerables dimensiones.


Ya habíamos oído hablar y visto fotografías de las delicias de mermeladas que prepara Charo, pero cuando nos recibió con una deliciosa bebida sin alcohol de cerezas, nos dio una sorpresa culinaria.
Cuando subimos a nuestro alojamiento, recibimos la tercera sorpresa consecutiva. No era una habitación, era una suite, con todo tipo de detalles para mimar al cliente. En ese momento nos enteramos de que los nombres de las habitaciones/suites de Entrefrutales reciben su título por dos motivos: un motivo rural relacionado con la zona y otro por el olor del que está dotado la habitación (hasta en eso llegan a pensar Charo y Tomás).
La siguiente sorpresa la recibimos al día siguiente durante el desayuno y fue conocer más en profundidad a ambos. Respiran educación, conocimiento y cultura por todos sus poros. Tomás es capaz de moldear a su antojo los castellanos de los últimos cinco siglos, tanto en prosa como en verso. Nos regaló una delicia de poesía dedicada a nuestra visita y en especial a nuestro hijo Sergio de las que te pulsan la fibra. Otro detalle: Tomás nos la dio impresa en papel pergamino.


A raíz de todo lo anterior fui dándole vueltas en la cabeza a cuales son los parámetros de calidad de una casa rural y que esperamos encontrarnos cuando nos alojamos en ella. Cuando visitamos una página web en busca de un hotel en Sevilla, la referencia habitual que nos dan como gancho es: a cinco minutos del centro monumental. Si lo que hacemos es buscar el hotel en Salou la referencia cambiará: a 200 metros de la playa. Pero cuando nos trasladamos a una casa rural, ¿queremos una casa rural con experiencias que disfrutar? o ¿solo una base de operaciones que nos sirva para visitar monumentos o realizar actividades por la comarca en que nos alojamos?
En el análisis que hago en la presentación de más abajo pretendo recoger parte de estos aspectos (y hay varias sorpresas), tomando como base de análisis Entrefrutales (Tomás y Charo me han concedido su permiso). Evidentemente cada viajero tiene diferentes expectativas y necesidades sobre sus experiencias de turismo rural, pero espero que os sirva para tener en cuenta ciertas características a la hora de seleccionar vuestra próxima visita a una casa rural.